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El argumento está centrado en torno a Marta Prestado, una renombrada Directora de Formación que de vez en cuando trabaja para la Dirección General como consultora, y quien no puede resistirse a un buen misterio. La trama del primer capítulo es la siguiente. Un buen día, en la empresa ocurre un grave problema de productividad. Marta Prestado, decide ejercer de auténtica detective para investigar las pistas del caso y tratar de resolverlo, incluso llegando a arriesgar su propia vida.
Marta se entrevista con algunos testigos presenciales de hecho. Algunos son proveedores, otros clientes, la mayoría son trabajadoras y trabajadores de la empresa. Rápidamente intuye que el culpable puede estar en algunos de los colectivos siguientes: personas que no pueden trabajar mejor, personas que no quieren trabajar mejor y personas que no saben trabajar mejor.
Cuando todo parecía llegar a un punto sin salida, gracias al Técnico Jacobo Guisado, nuestra protagonista logra interpretar la evolución de los indicadores de Calidad. Queda entonces descartado que el origen del problema sean las personas que no quieren trabajar. Todas ellas tienen coartada puesto que llevan muchos meses con muy buenos ratios de participación, lo cual indica que están en buenos niveles de motivación.
Analiza algunos rastros dejados en los sistemas de control de gestión con la ayuda de su colega, la Directora Administrativa Lorena Corvado. Se sabe que todos los medios materiales y organizativos están a disposición de los empleados lo cual, en teoría, elimina de la lista de sospechosos a los que «no pueden» trabajar. Pero la fina intuición de Marta le dice que hay piezas que no encajan. Ella recuerda que durante sus pesquisas muchos empleados se quejaban. Revisando su libreta de notas pudo comprobar que algunos testigos presenciales decían cosas como «podría trabajar mejor …. pero ….», otras personas decían «tengo que terminar esto antes de ….. pero ……» e incluso algunos creían que «no debería tardar tanto en hacerlo …. pero … «
Sí !!! , claro !!!!, tendría que reducir su búsqueda a aquellos sospechosos que, teniendo todos los medios materiales y organizativos creen que no pueden hacer su trabajo. Un gran avance en la investigación, ya que solo hay dos empleados con este perfil.
Ahora sólo queda seguirle la pista al grupo de sospechosos catalogados como «no saben», unas 10 personas en total. Entonces entra en escena Jorge Molino, un becario del Departamento de Comunicación Interna, quien durante el café de las 11 se atrevió a preguntar algo obvio y a la vez revelador «¿alguien se tomó la molestia de decirles a estas personas lo que se esperaba que hicieran?». Desde este momento el caso estaba casi cerrado: de los 10 sospechosos «no saben», 7 acababan de ser informados la semana pasada, 2 no fueron informados y 1 recibió la información hace aproximadamente 6 años. Caso cerrado.
La analogía de este artículo está basada en la conocida serie de TV «DIAGNÓSTICO: ASESINATO» basada a su vez en la novela de Michael Crichton «Un caso de urgencia».
Las personas no hacen bien su trabajo, no alcanzan sus objetivos empresariales, por tres motivos básicos: no quieren, no pueden no saben. Sin embargo y a pesar de que se intente, no todas estas causas son susceptibles de ser abordadas mediante iniciativas de formación.
El querer hacer/no querer está en relación con la relación beneficios/costes (objetiva y subjetiva) que la persona obtiene cuando hace/no hace una determinada tarea. Podríamos dar miles de horas de formación para cambiar a una persona y que haga una determinada cosa, pero si al hacer dicha cosa pierde o pone en peligro su bonus, su posición social dentro de la compañía o su capacidad política de influir en los demás, olvídate.
El poder hacer/ no poder está en relación con las barreras que esa persona encuentra a la hora de desarrollar su tarea. Parte de estas barreras son reales, en el sentido de que están asociadas a los medios, los procesos y sistemas organizativos de la compañía. Si no eliminas esas barreras no hay formación que logre mejoras. La otra parte de estas barreras son irreales: son el resultado de creencias subjetivas, erróneas o limitantes. Son relativamente sencillas de percibir y suelen ir asociadas a expresiones del tipo «podría …. pero ….», «tengo que ….. pero ……» o «debería …. pero … «. La buena noticia es que éstas sí se pueden modificar y cambiar por un «quiero hacer» «voy a hacer ….». Quizá requieran modalidades de intervención lejanas a los planteamientos formativos clásicos y tengan que abordarse mediante Coaching.
El saber hacer está en relación con la formación de la persona y con su competencia profesional y, por lo tanto con la formación. Pero no solo con la formación, también con la información. De nada sirve contar con un o una profesional altamente cualificada si no le damos la información que necesita para ser eficiente y exitosa en su trabajo. Me refiero a que en lugar de formar en los cómos, deberíamos informar en los cuándos y en los para qués.
José Carlos Amo Pérez.

Tomado de Flickr bajo Licencia CC autor DaniGold
A algunos de los lectores les ha resultado cómico el punto de vista que ofrecí en el anterior post. Alguno me ha confesado que lo usó en una reunión en su empresa como forma de «acercamiento crítico a nuestro sistema de formación«. Que conste que la empresa donde trabaja esta persona podría darnos clases a todos nosotros de buenas prácticas de formación. Son un ejemplo y un modelo (quizá lo sean porque se auto-cuestionan ….). Que conste también que no estoy haciendo la pelota ya que ni son mis clientes ni hemos iniciado contactos para que lo sean. Pero les conozco bien.
El caso es que somos cada vez más personas que estamos en la línea de hacer una autocrítica de nosotros mismos como profesionales y de nuestra profesión. Por eso me planteo ¿qué pasaría si los directores de formación y los consultores de formación hablaran como médicos?. Quizá podríamos escuchar cosas de este estilo:
«No es necesario que usted haga ninguna prueba diagnóstica, doctor, nosotros ya lo hemos hecho. Bueno, a nuestro modo, ya sabe, pues aquí los enfermos son distintas a lo que hay fuera, son muy particulares«.
«Mire doctor, a este enfermo no hay más que verle la cara para saber lo que le pasa; para ahorrar tiempo le digo lo que debe aparecer en el informe de parasitología microbiológica y en el de ITU de etiología fúngica«.
«Este enfermo aún no está diagnosticado de nada. Pero no importa, necesito un informe clínico en el que me diga qué tratamientos podemos aplicarle, su coste y el tiempo de hospitalización requerido. El tratamiento debe estar personalizado al máximo. Ah!! muy importante incluya en el informe qué tratamientos son los que más aplican el resto de hospitales de nuestro perfil, ¡no podemos dejar de hacer lo que hacen los demás!«.
«Me parece un magnífico tratamiento contra el asma de Paquito. El tratamiento que usted me propone es la inhalación de 200 microgramos de salbutamol cada 6 horas y lo vemos muy acertado. Ahora bien, cuando se lo administremos a Paquito estarán presentes el resto de compañeros, a ver si algún otro ‘inspira’ esa fina niebla de medicamento, que falta les hace«.
«Doctor todos nosotros tenemos gripe A, pero en lugar de tratarnos a todos, me trata usted a mi con cuarto y mitad de vacuna y yo aplico el tratamiento a todos los compañeros«.
«El valor añadido de nuestro tratamiento contra el cáncer de páncreas es que se lo puede deducir en su declaración de la renta«.
«Nuestro equipo de neurocirujanos le acompaña en su proceso de sanación, y serán su partner estratégico en el proceso de optimización de sus enfermos«.
«Porque hablamos el lenguaje de nuestros clientes ponemos a su disposición nuestro sistema de Ph-metría exofágica de 24 horas, nuestra histeroscopia, Nefelometría, y nuestro holster todo ellos para la correcta gestión de los Dos fenotipos disfuncionales como son el Pi*Pittsburgh y el Pi*F«.
Las frases textuales en el ámbito de la formación son:
«No es necesario hacer un diagnóstico de necesidades de formación. Nosotros a nuestro modo ya lo hemos hecho. Además nuestro personal y nuestro sector son muy particulares y resultaría difícil para ustedes que son de fuera».
«Sé que usted viene porque mi jefe le ha contratado para hacernos un diagnóstico de necesidades de formación. Como yo sé lo que le pasa a cada uno de mis hombres yo le digo lo que debe poner en su informe».
«Aún no tenemos la detección de necesidades para este año. Para ir avanzando me puede preparar una propuesta de formación que tenga en cuenta las particularidades que le he contado de nuestra empresa. Quiero que los cursos sean adaptados a nuestra empresa y a nuestra cultura. Y como ustedes están en contacto con otras empresas incluya cursos que usted vea que les piden en otros sitios«.
«Su propuesta de trabajo para que Fulanito aprenda a dirigir proyectos nos ha gustado mucho. Vamos a aprovechar y que asista todo el departamento, a ver si alguno más aprende algo que falta les hace».
«En lugar de dar el curso a todos los auditores de calidad, usted me da a mí las nociones durante cuatro horas y luego yo imparto el curso al resto».
«El valor añadido de nuestro cursos es que son 100% gratis si se los bonifica a través del FORCEM» .
«Nuestro equipo de consultores son expertos en el acompañamiento durante el proceso de formación continua pues somos su partner estratégico en el desarrollo de su capital humano»
«Hablamos el lenguaje de nuestros clientes ….. y más adelante …. nuestra metodología QRTT queda intrínsecamente validada por los ROI obtenidos de los servicios temporales aplicados en los procesos de partenariado con nuestros clientes»
Las dos últimas frases las he desvirtuado para que no las localicéis con el buscador de internet.
En fin, nos ganamos a pulso gran cantidad de comentarios críticos hacia la Función de los RRHH. Tanto los responsables de formación como los consultores. La Función formación tiene un trabajo muy sencillo de explicar: lograr que las personas sepan hacer su trabajo. Saber, querer y poder son los tres ingrediente que se combinan para que cualquier profesional haga las tareas que se le han encargado. Nadie hará un trabajo o una tarea que no pueda, no sepa o no quiera hacer.
La Formación (en el amplio sentido de la palabra, es decir, entendida como desarrollo del capacidad de una persona) es la herramienta que ayuda en el saber y algo en el poder. Seguiremos desarrollando estos conceptos.

Tomada de Flickr bajo licencia CC autor " kozumel ".
¿Nunca han sentido curiosidad por saber qué espera conseguir un paciente que está recibiendo tratamiento en un hospital? Parece que es obvio ¿no?. Básicamente prevenir, diagnosticar o curar una enfermedad o bien paliar los efectos de dicha enfermedad.
Pero imaginen que preguntamos a una serie de pacientes cuáles son expectativas respecto del hospital y de las pruebas y tratamientos a los que se va a someter. Imaginen que esos pacientes actuaran y se expresaran como en ocasiones lo hacen los alumnos y alumnas de los cursos de formación. Probablemente les escucharíamos algo parecido a las siguientes afirmaciones:
¿Que qué espero de mi ingreso y estancia en el Hospital? Espero que sea ameno, pasarlo bien y el contacto con los otros enfermos, que hay pocas ocasiones de coincidir”.
«Sanar. Estando en un hospital uno siempre sana algo».
“Mmmmm ¿Mi expectativa sobre mi ingreso en el hospital…?: ninguna porque yo nunca he sido diagnosticado de nada pero hace una hora me han avisado de que tenía que venir a ingresar hoy a las nueve y cuarto, y por eso he llegado tarde”.
“Vengo al hospital porque mi médico tiene que cumplir un objetivo de vacunaciones por persona. Como se acaba el año y yo era la que más desahogada estaba, y el resto de vacunas no me gustaban, he venido a vacunarme de meningitis”.
“En realidad no tengo problemas de deplección parcial del colesterol hepático pero el nombre del principio activo – inhibidores de la HMGCoA-reductasa – me hizo sentir curiosidad y me lo estoy tomando ”.
¿Simpático, desconcertante, cómico, subrealista? ¿Qué opinaríamos de los Responsables Sanitarios? ¿Qué opinaríamos de los propios «pacientes»? ¿Qué opinaríamos de la gestión del gasto sanitario?
Las frases anteriores no las he recogido en el ámbito médico. Es evidente. Están inspiradas en declaraciones de participanes en cursos y talleres de formación que yo he impartido. Es lo que han manifestado como expectativa ante el curso al que asisten. Son declaracines sobre qué es lo que esperan de la formación. Hablo de cursos de formación continua en empresas, no hablo de la formación universitaria ni la formación profesional. Las frases originales fueron éstas:
“En realidad en mi puesto no uso – este curso – pero lo vi anunciado y el título me hizo sentir curiosidad a ver de qué va”.
«Aprender. Siempre se aprende algo».
“Espero que sea ameno, pasarlo bien y el contacto con los compañeros que hay pocas ocasiones de coincidir”.
“Mi expectativa: aprender algo que me permita mejorar”.
“Ninguna porque mi jefe me ha avisado de que tenía que venir a este curso hoy a las nueve y cuarto, por eso he llegado tarde”.
“Vengo porque mi departamento tiene que cumplir un objetivo de horas de formación por persona y como se acaba el año y yo era la que más desahogada estaba y el resto de cursos no me gustaban…”.
Hace unas semanas uno de los lectores me proponía escribir acerca del motivo por el cual resulta difícil establecer objetivos de formación. Pretendo iniciar este análisis retomando este antiguo post, el cual ilustra bastante bien el «desperdicio» que a veces supone la formación mal identificada, mal diseñada, mal comunicada a sus destinatarios o mal impartida.
Les invito a que me sigan en los sucesivos artículos en los que relataré mi experiencia y mi opinión al respecto.
Para nosotros existe una comunidad de personas en torno a la Gestión de las Bonificaciones de la FTFE. Gracias a BONIFICATE esas personas van a poder realizar la gestión externalizada de sus bonificaciones, pero sobre todo vamos a poder conversar y relacionarnos.
Este blog, que nace a la vez que lanzamos el proyecto BONIFICATE, es uno de los canales de comunicación de que dispondremos. Y estamos presentes también en
Twitter y en LinkedIn
Queremos, en este primer post, citar a los profesionales externos que han hecho posible que tras seis meses de trabajo muy intenso pasemos de un proyecto a una realidad; por orden alfabético:
Luis Alberto Lesende: el creador de la aplicación informática de gestión. Un gran profesional que ha sabido resolvernos un montón de problemas técnicos. Hemos teletrabajado como un verdadero equipo a pesar de que nos separan unos 3000 kilometros de distancia. Además de otras virtudes, Luis ha sabido ser un hombro amigo donde llorar.
Pedro Angel Fernández: probablemente la persona con la visión más inteligente sobre gestión por procesos y modelos de negocio. Un Consultor con mayúsculas, un amigo y una referencia. Nos ha ayudado a simplificar la gestión interna de nuestros procesos. Nos ha ayudado a contrastar y redefinir nuestro modelo empresarial.
Tomás F. Serna: ha sabido ejercer a la perfección su rol, el de ponerse en lo peor antes de que ocurra, para que si ocurre, todo sea tan sencillo como sacar documentación del cajón. LSSI y LOPD son su medio-ambiente profesional, junto con su característica y peculiar ubicación del despacho. Experto, entre otras cosas, en quitarnos los pájaros de la cabeza y hacernos tocar suelo.
Angel Hernándo-Veciana: aún no sé quién de los dos ha disfrutado más diseñando el mecanismo de la subasta, lo cierto es que Angel ha sido capaz de tomar nuestra idea de negocio y diseñar el proceso que siguen nuestras subastas, os aseguro que no s tan sencillo como parece. Su trabajo y su asesoramiento han sido probablemente el pilar básico de este proyecto, su dominio de los procesos de fijación de precios y de la matemática asociada a las curvas de oferta y demanda nos han alejado del «caos y la inestabilidad».
Y-punto: nuestros creativos publicitarios Luis Aznar, Nicolás Sánchez y Pablo Arreba. Gente estupenda, creativa, joven y fresca, con un nivel técnico en su profesión que nos ha dejado impresionados, que se comprometen con el cliente más allá de lo esperado, que se divierten trabajando y que viven el proyecto como si fuera suyo.
Omitimos citar a las personas del ámbito personal que han estado soportando la gestación: esposas y esposos, hijos e hijas, amigos y amigas, madres y padres, hermanos y hermanas (tanto carnales como políticos), sobrinas y sobrinos, etc. etc. etc. Gracias a todos.
Y a las personas que decidan seguirnos en esta comunidad en torno a las bonificaciones FTFE, BIENVENIDOS.
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